lunes, 24 de septiembre de 2007

No sé pensar

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El problema de pensar demasiado, sigue asechándome.

Pienso demasiado.
Pienso tanto en las cosas que no son, que llego a creérmelas.
Pienso tanto en tantas cosas que no son lógicas, que no son cuerdas.
Pienso poco en la verdad de las cosas.
Pienso en lo que no debería pensar.
Pienso mal. Ése es el punto.
Pienso en lo que no va a ocurrir.

Pienso en cosas que no debería pensar, porque cuando, de golpe me llega la realidad al cuello, caigo y digo, mierda… me estoy matando solo.

Me estoy matando solo con pensamientos que no debería haber nunca pensado.
Más bien, me estoy matando solo con los frutos de la realidad que te sobrepasa el cuello y empieza a mojarte las barbas, y al hablar reprochándote a ti mismo, el agua hace burbujas en tu boca, y soplas, por un segundo, por tus narices y cierras los ojos.

Me estoy matando a pensamientos y no me di cuenta que no se pensar.



No sé pensar.




1 comentario:

María José Fuentes dijo...

Y es que todo lo extraño es lo distinto de uno mismo, todo lo extraño es lo otro. Y cuando el otro es uno mismo, vaya qué caótico! Entonces el remedio sería buscarse allá afuera, porque si uno mismo es lo otro, lo demás por oposición debiera darnos alguna pista.

Estoy desvelada, pero al revés.

No pienses tanto, Felipe. Ni la mente ni el conocimiento nos han dado ningún tipo de respuesta sobre la nada ni menos sobre el todo. Porque las cosas más importantes son imposibles de pensar. Porque todo el conocimiento es un cúmulo de teorías que se venden en las grandes tiendas de los grandes pensadores y ya ves como termina la gran mayoría. Pasados de moda, por lo menos.

Sé vanguardista. No pienses más.

Cariños y nos vemos en gramática.